dilluns, 14 de desembre del 2015

3r diumenge d'Advent

3r diumenge d'Advent



Veniu Senyor Jesús,      
misericòrdia del Pare!





 
CORONA DE ADVIENTO

● Vivir alegres
y preparar la venida al Señor.
Él es sentido para nuestras vidas.
En nuestros desiertos clama una voz.
● Se anuncia la buena noticia:
el Señor llega.
Preparad los caminos, porque ya se acerca.
Él es el Mesías, el Libertador.
● Cuando encendemos estas tres velas
cada uno de nosotros
quiere ser luz que refleje
el Mundo Nuevo de mañana.
Y, especialmente,

encendiendo la amarilla,

expresamos la alegría

por la proximidad de la salvación;
● la alegría por la Vida
que en Jesús se nos ofrece;
la alegría por una historia y un mundo
que pueden ser realmente nuevos.
¡ Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!








Lectures de la Litúrgia de la Paraula:

CATALÀ
http://lecturesdelamissa.blogspot.com/2011/10/diumenge-iii-dadvent_1079.html

CASTELLÀ
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2015-12-13




DEL PROFETA SOFONIES
"Aquell dia diran a Jerusalem: «No tinguis por, Sió, no deixis caure les mans; 
    el Senyor, el teu Déu, el tens a dintre, com a Salvador poderós;
    per tu s'ha transportat d'alegria, et renova el seu amor,
    està de festa i crida de goig com en dies d'aplec».
                                          (So 13, 14-18a)





DE LA CARTA DE SANT PAU ALS CRISTIANS DE FILIPS
" Germans, viviu sempre contents en el Senyor;
      ho repeteixo, viviu contents. 
  Que tothom us conegui com a gent de bon tracte. 
         El Senyor és a prop."
                   (Fl 4, 4-7)






Evangeli Lc 3, 10-18
DE L'EVANGELI SEGONS SANT LLUC
"En aquell temps, la gent preguntava a Joan: «Així, doncs, què hem de fer?». Ell els responia: «Qui tingui dos vestits, que en doni al qui no en té, i qui tingui menjar, que el comparteixi també amb els altres». Entre els qui anaven a fer-se batejar hi havia també uns cobradors d'impostos que li deien: «I nosaltres, mestre, què hem de fer?». Ell els contestà: «No exigiu més del que està establert». Igualment uns guardes li preguntaven: «Què hem de fer també nosaltres?». Ell els deia: «No forceu ningú amenaçant de maltractar-lo o de denunciar-lo; acontenteu-vos de la vostra soldada».

La gent, que vivia en l'expectació, sospitava si Joan no fóra potser el Messies. Ell respongué dient a tothom «Jo us batejo només amb aigua, però ve el qui és més poderós que jo, tan poderós que no sóc digne ni de deslligar-li el calçat. Ell us batejarà amb l'Esperit Sant i amb foc. Ja té la pala a les mans per ventar la seva era; el blat, l'entrarà al seu graner, però la palla, la cremarà en un foc que no s'apaga». Amb aquestes i moltes altres exhortacions, Joan anunciava al poble la bona nova."
 De la Exortación Apostólica "Evangelii Gaudium" del Papa Francisco:
 
No a una economía de la exclusión
53. Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes».
54. En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera.  (EG nº 53-54)
 
        Haznos una comunidad alegre


● Señor Jesús,

haznos una comunidad abierta, confiada y pacífica,

invadida por el gozo del Espíritu Santo.


● Una comunidad entusiasta,

que sepa cantar a la vida, vibrar ante la belleza,

estremecerse ante el misterio.


● Una comunidad,

que llevemos la fiesta en el corazón

aunque sintamos la presencia del dolor

en nuestro camino,

porque sabemos, Cristo Resucitado,

que Tú has vencido el dolor y la muerte.


● Que no nos acobarden las tensiones,

ni nos ahogen los conflictos

que puedan surgir entre nosotros,

porque contamos, en nuestra debilidad,

con la fuerza creadora y renovadora de tu Espíritu.


● Regala, Señor, a esta familia tuya,

una gran dosis de buen humor

para que sepa desdramatizar

las situaciones difíciles

y sonreír abiertamente a la vida.


● Haznos expertos en deshacer nudos

y en romper cadenas,

en abrir surcos y en arrojar semillas,

en curar heridas y en mantenir viva la esperanza.


● Y concédenos ser en nuestro mundo,

a veces, abatido por la tristeza,

testigos y profetas de la verdadera alegría.


 
La persona que es feliz

   vive contenta y difunde paz

   entre quienes le rodean.

Su alegría atrae a todos,

   y siempre piensa en lo bueno

   que hay en los demás.

La persona que es feliz

   trae la luz

   allá donde hay oscuridad.

Y sólo quien es feliz

   puede hacer felices a los otros.

Señor Jesús:

   enséñanos a ser felices,

a contagiar la alegría

a quienes nos rodean,

a llenar con buenos pensamientos

      este mundo,

a llenar de sonrisas

     nuestros días.


MI ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR

Vienes en silencio y tus pasos, Señor,
producen en mí, calma, seguridad y paz.
Necesito, Señor, un poco de tu mundo:
De tu gozo, para mi corazón triste
De tu alegría, para mi alma esquiva
De tu mano, en mis caminos inciertos

¡VEN, SEÑOR!
Y hazme recuperar la alegría perdida
El gusto por vivir, despertando cada mañana
La esperanza en tanta hora triste
Porque Tú, Señor, eres alegría
haz que mis dos ojos brillen
con el resplandor de la felicidad
con el encanto de la fe
con la virtud de la caridad

MI ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR
Porque vienes y te sientas a mi lado
Porque compartes mi condición humana
sabiendo lo frío, que tantas veces,
se encuentra mi corazón y mi pensamiento.
Porque, siendo Dios, apuestas fuerte por mí
Porque, estando en el cielo,
plantas tu tienda
en medio de tanta incertidumbre y viento
que sacude a nuestro viejo mundo

MI ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR
Por eso te doy gracias y bendigo tu nombre
Espero tu llegada y preparo mi interior
Anhelo la Noche Santa de la Navidad
y afino las cuerdas de mi alma,
 con la verdad, la espera, el silencio,
la humildad o la vigilancia.
Sólo sé, mi Señor, que mi alegría
con tu llegada y por tu Nacimiento
eres Tú, Señor.
Amén


 
i per Santa Llúcia posem el pessebre: 



 




dilluns, 7 de desembre del 2015

2n Diumenge d'Advent

2n diumenge d'Advent


Veniu Senyor Jesús,      
misericòrdia del Pare!


CORONA DE ADVIENTO


Los profetas
mantenían encendida
la esperanza de Israel
y los pobres del mundo
anhelan la liberación.
Nosotros,
como símbolo de la nueva justicia,
encendemos estas dos velas,

ESPECIALMENTE LA MORADA,
SIGNO DE NUESTRA NECESIDAD
      DE CONVERSIÓN.

Que cada uno de nosotros, Señor,
sea tierra preparada,
como Juan Bautista,
para que sepamos abrir
en nuestra vida
y en nuestro mundo,
nuevas rutas al Señor.
Caminos de justicia y de paz.
¡Ven pronto, Señor!
¡Ven, Salvador!



 
 Refugiados iraquíes rezando el Padrenuestro en arameo.

 

Senyor, en el cor del nostre desert,
en el fons del nostre silenci,
en el més profund del nostre ésser...
...encén un llum,
aquella llum que mai no s'apaga,
aquella claror que il·lumina la nostra veritat.
Veniu, Senyor, Jesús,
i renoveu la nostra tenebra,
parleu en el nostre desert,
i poseu llum al nostre demà.
Veniu, Senyor, Jesús.





 



Lectures de la Litúrgia de la Paraula:

CATALÀ:
 CASTELLÀ:
  






  DEL PROFETA BARUC
 "Déu conduirà Israel, ple d'alegria, 
            a la llum de la seva glòria, 
    amb aquella bondat i aquell amor que li són propis." 
                                      (Ba 5, 1-9)





DE LA SEGONA CARTA ALS CRISTIANS DE FILIPS
"Estic segur d'una cosa: Déu,
 que ha començat en vosaltres un bon treball,
 acabarà de dur-lo a terme fins al dia de Jesucrist."
                                (Fl 1,4-6.8-11)



Evangeli Lc 3,1-6
DE L'EVANGELI SEGONS SANT LLUC:
L'any quinzè del regnat de l'emperador Tiberi, mentre Ponç Pilat era procurador romà de la Judea, Herodes era tetrarca de Galilea, Felip, el seu germà ho era d'Iturea i de la regió de Traconítida, i Lisànies ho era d'Abilena, durant el pontificat d'Anàs i Caifàs, Joan, fill de Zacaries, rebé la paraula de Déu al desert, i anà per tota la comarca del Jordà predicant un baptisme de conversió per obtenir el perdó dels pecats.
Complia el que hi ha escrit al llibre del profeta Isaïes: «Una veu crida en el desert: Obriu una ruta al Senyor, aplaneu-li el camí. S'alçaran les fondalades i s'abaixaran les muntanyes i els turons, la serralada es tornarà una plana, i el terreny escabrós serà una vall, i tothom veurà la salvació de Déu».
 




 PARA MEDITAR el EVANGELIO:
http://rezandovoy.org/reproductor/adulta/119

 
 
 
Tú, Padre, siempre estás enviando profetas:
Los que llaman al compromiso por la justicia:
nos ayudan a “igualar lo escabroso”
eliminando las desigualdades injustas,
buscando libertad para los oprimidos,
pan para los necesitados,
acogida y amor para todos.

Profetas que nos incitan a un mundo habitable
ahora y en el futuro.
Profetas que nos llaman a la austeridad solidaria,
nos invitan a comer y beber con mesura,
a vestir sin exceso de adornos,
a consumir teniendo presente que haya para todos.

Profetas que nos llaman al “autodominio”:
nos hacen conscientes de nuestros límites,
nos ayudan a respetarlos y acogerlos con ternura,
nos aportan serenidad, y paz de espíritu,
nos llevan hacia la verdadera libertad:
evitando el consumo compulsivo que genera injusticia.

Cristo Jesús: Ayúdanos a preparar tu venida.
Que descubramos nuestros caminos hacia Ti.
Que seamos capaces de suprimir los vacíos,
superar el desaliento,
evitar las ambiciones exageradas,
corregir humildemente lo negativo,
eliminar la desigualdad injusta.
Que tu voz resuene en el desierto de nuestro corazón.
¡Ven pronto, Señor!
 

TU TIENES PROMESAS VERDADERAS

¡Ven, Señor, y no tardes demasiado!
Estamos cansados de tantas promesas falsas
A cada momento nos asaltan dudas,
incertidumbres, fracasos, bofetadas,
traiciones, desencuentros, engaños.

¡Ven, Señor, no te demores!
Pensamos haber atinado el futuro,
y estamos inmersos en constantes fracasos.
Creemos ser portadores de humanidad,
y aniquilamos, una y otra vez,
inocentes y víctimas de nuestro vivir opulento.

¡Ven, Señor, no retrases tu llegada!
Porque, entre otras cosas, sentimos que la tiniebla
se impone con más rapidez que la misma luz,
que los engaños se disparan a más velocidad
que la verdad que pide y exige el hombre

¡Ven, Señor, y endereza nuestros caminos!
Haznos buscar un desierto en el que hablarte
Un desierto en el que encontrarte
Un desierto en el que buscarte
Un desierto en el cual poder escucharte

¡Ven, Señor, y allana nuestros senderos!
Rebaja nuestro orgullo, para conquistarte con humildad
Alisa nuestra dispersión, para quererte sólo a Ti
Pule nuestro vivir, para que tengas más cabida en él

¡Ven, Señor, y no aplaces tu vuelta!
Entre otras cosas, porque cada día que pasa,
sentimos que el mundo está más herido de muerte
si Tú le faltas por dentro
si Tú no le envías tu esperanza y tu aliento
¡Ven, Señor, y acelera tu llegada!


 
Papa Francisco, "Angelus", Ciudad del Vaticano, 06-12-15
En este segundo domingo de Adviento, la liturgia nos pone a la escuela de Juan el Bautista, que predicaba “un bautismo de conversión para el perdón de los pecados”. Y nosotros quizá nos preguntemos: '¿Por qué nos tendríamos que convertir? La conversión es para el que de ateo se vuelve creyente, de pecador se hace justo. Pero nosotros no la necesitamos. Nosotros somos ya cristianos'. Podemos preguntarnos esto. Por tanto, 'estamos bien'. Y eso no es verdad. Pensando de este modo, no nos damos cuenta de que es precisamente por esta presunción --que somos cristianos, todos buenos, que estamos en lo correcto-- precisamente por esta presunción, es por lo que nos debemos convertir: de la suposición de que, en fin de cuentas, va bien así y no necesitamos conversión alguna.
Pero preguntémonos: ¿es cierto que en las diversas situaciones y circunstancias de la vida, tenemos en nosotros los mismos sentimientos de Jesús? ¿Es verdad que sentimos como siente Jesús? Por ejemplo, cuando sufrimos algún mal o alguna afrenta ¿podemos reaccionar sin animosidad y perdonar de corazón a los que nos piden perdón? Que difícil es perdonar, ¿eh? ¡Que difícil! ‘Me la vas a pagar: esta palabra viene de dentro, ¿eh? Cuando estamos llamados a compartir alegrías y tristezas, ¿sabemos llorar sinceramente con el que llora y alegrarnos con el que se alegra? Cuando debemos expresar nuestra fe, ¿sabemos hacerlo con valentía y sencillez, sin avergonzarnos del Evangelio? Y así podemos plantearnos tantas preguntas. No estamos bien. Siempre debemos convertirnos, tener los sentimientos que tenía Jesús.
La voz del Bautista grita aún en los desiertos de hoy de la humanidad, que son --¿cuáles son los desiertos de hoy?-- son las mentes cerradas y los corazones duros, y nos provoca para que nos preguntemos si efectivamente estamos recorriendo el camino correcto, viviendo una vida según el Evangelio. Hoy, como entonces, él nos amonesta con las palabras del profeta Isaías: “¡Preparad el camino del Señor!”. Es una invitación apremiante a abrir el corazón y recibir la salvación que Dios nos ofrece incesantemente, casi con testarudez, porque nos quiere a todos libres de la esclavitud del pecado. Pero el texto del profeta dilata esa voz, preanunciando que “todos los hombres verán la Salvación de Dios”. Y la salvación es ofrecida a todo hombre, y a todo pueblo, sin excluir a nadie, a cada uno de nosotros: ninguno de nosotros puede decir: ‘Yo soy santo, yo soy perfecto, yo ya estoy salvado’. No. Siempre debemos aceptar este ofrecimiento de la salvación, y por eso el Año de la Misericordia: para avanzar más en ese camino de la salvación, ese camino que nos ha enseñado Jesús. Dios quiere que todos los hombres sean salvados por medio de Jesucristo, el único mediador.
Por lo tanto, cada uno de nosotros está llamado a hacer conocer a Jesús a cuantos no lo conocen aún: pero eso no es hacer proselitismo. No. Es abrir una puerta. “¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!”, declaraba san Pablo. Si a nosotros el Señor Jesús nos ha cambiado la vida, y nos la cambia cada vez que acudimos a Él, ¿cómo no sentir la pasión de hacerlo conocer a cuantos encontramos en el trabajo, en la escuela, en la comunidad, en el hospital, en los lugares de reunión? Si miramos a nuestro alrededor, encontramos a personas que estarían dispuestas a comenzar o a volver a comenzar un camino de fe, si encontraran a cristianos enamorados de Jesús. ¿No deberíamos y no podríamos ser nosotros esos cristianos? Os dejo la pregunta: ¿De verdad estoy enamorado de Jesús? ¿Estoy convencido de que Jesús me ofrece y me da la salvación? Y, si estoy enamorado, ¡tengo que hacerlo conocer! Pero debemos ser valientes: allanar las montañas del orgullo y de la rivalidad, rellenar los abismos excavados por la indiferencia y la apatía, enderezar los senderos de nuestras perezas y de nuestros acomodamientos.
Que nos ayude la Virgen María --que es Madre y sabe cómo hacerlo-- a derribar las barreras y los obstáculos que impiden nuestra conversión, es decir, nuestro camino hacia el encuentro con el Señor. ¡Él solo! ¡Solo Jesús puede dar cumplimiento a todas las esperanzas del hombre!

dilluns, 30 de novembre del 2015

1er Diumenge d'Advent - 2015



1r diumenge d'Advent


Veniu Senyor Jesús,      
misericòrdia del Pare!




CORONA DE ADVIENTO

Encendemos, esta luz,
este primer domingo de adviento
como aquél que permanece en vela,
esperando para salir al encuentro
del Señor que ya viene.
UNA VELA VERDE
es signo de nuestra esperanza.
Tu Señor Jesús vienes a nosotros.
Muchas sombras nos envuelven.
Muchos halagos nos adormecen.
En esta primera semana de adviento,
queremos estar atentos y preparados,
como María, Madre de la esperanza,
para acoger al mensajero
que nos trae la mejor noticia,
la paz más profunda
y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!





NUEVO AÑO LITÚRGICO
Tiempo nuevo que nos ofrece la Iglesia de mano del Evangelio de San Lucas, en coincidencia con el “Año de la Misericordia”, cuyo inicio celebraremos el 8 de Diciembre, día de la Inmaculada, en el 50 aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II.
El texto de San Lucas se refiere especialmente a la misericordia, tanto en las parábolas, como en los gestos que hace Jesús con los pobres. Este año será ocasión propicia para acompañarnos con la enseñanza lucana.
Las lecturas de este domingo nos ofrecen un vocabulario esperanzador: “Cumpliré la promesa”. “Se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos”. “El Señor es bueno”. “Las sendas del Señor son misericordia y lealtad”. “El Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos”. “Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”.
Toma una de las frases bíblicas, la que más te haya tocado el corazón, aquella en la que encuentres mayor resonancia: rúmiala, hazla jaculatoria, llévala en la mente mientras vas de camino, recítala como oración, y poco a poco te abrirás a una comprensión mayor del texto, que se convertirá en compañero de camino.
Personaliza las expresiones, como si te las dijeran a ti personalmente, escucha dentro de ti la promesa de salvación, y atrévete a confesar al Señor: “Tú eres mi Dios y mi Salvador”.
Si alguna de las expresiones se ha introducido en tu interior y las has escuchado como dicha al oído de tu corazón, seguro que podrás sentir confianza, y hasta el impulso íntimo de abandonarte a la Providencia divina.
Si por lo que sea no sientes vibración alguna, te aconsejo, como hoy nos señala San Lucas: “Levanta la cabeza, mira al horizonte, se acerca nuestra salvación. No estamos destinados a la desesperanza. Manténte despierto, de pie, vigilante, como quien aguarda a alguien amigo.
Nos va a visitar la Misericordia de Dios, vamos a poder contemplar el rostro del Invisible, hecho visible en el Hijo de María.  Hoy es tiempo de comenzar de nuevo, de interrumpir la posible inercia, de levantarse, porque se acerca nuestra salvación.             Angel Moreno






Lectures de la Litúrgia de la Paraula:

CATALÀ
 http://lecturesdelamissa.blogspot.com/2011/10/diumenge-i-dadvent_06.html

CASTELLÀ
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2015-11-29




DEL PROFETA JEREMIES
"Aquells dies serà salvat el país de Judà i viurà confiada la ciutat de Jerusalem. I a ell l'anomenaran: El-Senyor-és-el-nostre-bé». " (Jr 33, 14-16)


- SALM RESPONSORIAL - "A Vós elevo la meva ànima Senyor." Sl 24.





DE LA PRIMERA CARTA ALS CRISTIANS DE TESSALÒNICA
"que el Senyor faci créixer fins a vessar
 l'amor que us teniu els uns als altres i a tothom," (1Te 3,12. 4,2)









Evangeli Lc 21,25-28.34-36

DE L'EVANGELI SEGONS SANT LLUC
En aquell temps, deia Jesús als deixebles: «Hi haurà prodigis al sol, a la lluna i a les estrelles. A la terra, les nacions viuran amb l'ai al cor, esverades pels bramuls de la mar embravida. La gent perdrà l'alè de por, pensant en els desastres que sobrevindran arreu del món, perquè fins l'estelada del cel trontollarà. Llavors veuran venir el Fill de l'home sobre un núvol, amb poder i amb una gran majestat. Quan tot això comenci a succeir, alceu el cap ben alt, perquè molt aviat sereu alliberats.
Estigueu atents sobre vosaltres: Que l'excés de menjar i beure o la preocupació dels negocis no afeixugués el vostre cor i us trobéssiu a sobre aquell dia de cop i volta, perquè vindrà, segur, com un llaç, per a tothom, sigui on sigui de la terra. Estigueu alerta pregant en tota ocasió i demanant que pugueu sortir-vos-en, de tot això que ha de succeir, i us pugueu mantenir drets davant el Fill de l'home».






VETLLEU EN TOT MOMENT
José Antonio Pagola. Traductor: Francesc Bragulat
Els discursos apocalíptics recollits en els evangelis reflecteixen les pors i la incertesa d'aquelles primeres comunitats cristianes, fràgils i vulnerables, que vivien enmig del vast Imperi romà, entre conflictes i persecucions, amb un futur incert, sense saber quan arribaria Jesús, el seu estimat Senyor.
També les exhortacions d'aquests discursos representen, en bona part, les exhortacions que es feien els uns als altres aquells cristians recordant el missatge de Jesús. Aquesta crida a viure desperts tenint cura de la pregària i la confiança són un tret original i característic del seu Evangeli i de la seva pregària.
Per això, les paraules que escoltem avui, després de molts segles, no s'adrecen a altres destinataris. Són crides que hem d'escoltar els que vivim ara a l'Església de Jesús enmig de les dificultats i les incerteses d'aquests temps.
L'Església actual marxa de vegades com una dona gran «encorbada» pel pes dels segles, les lluites i treballs del passat. «Amb el cap cot», conscient dels seus errors i pecats, sense poder mostrar amb orgull la glòria i el poder d'altres temps.
És el moment d'escoltar la crida que Jesús ens fa a tots.
«Redreceu-vos», animeu-vos els uns als altres. «Alceu el cap» amb confiança. No mireu el futur només des dels vostres càlculs i previsions. «El vostre alliberament s'acosta». Un dia ja no viureu encorbats, oprimits ni temptats pel desànim. Jesucrist és el vostre Alliberador.
Hi ha, però, maneres de viure que impedeixen a molts caminar amb el cap alt confiant en aquest alliberament definitiu. Per això, «estigueu alerta que no s'afeixugui el vostre cor». No us acostumeu a viure amb un cor insensible i endurit, buscant omplir la vostra vida de benestar i de plaer, d'esquena al Pare del Cel i als seus fills que pateixen a la terra. Aquest estil de vida us farà cada vegada menys humans.
«Vetlleu en tot moment». Desperteu la fe en les vostres comunitats. Estigueu més atents al meu Evangeli. Cuideu millor la meva presència enmig vostre. No sigueu comunitats adormides. Viviu «demanant força». Com seguirem els passos de Jesús si el Pare no ens sosté? Com podrem «presentar-nos sense temor davant el Fill de l'home»?






Fes-nos, Pare, el do de l'esperança...
sense l'esperança la fe seria només una il.lusió,
sense esperança, la caritat seria només una acció,
sense esperança, la justícia seria només un simple llei.

Fes-nos, Pare, el do de l'esperança...
sense l'esperança la humilitat es tornaria derrotisme,
sense esperança la paciència es tornaria fatalisme,
sense esperança la obediència seria servilisme.

Fes-nos, Pare, el do de l'esperança...
sense ella la fortalesa es tornaria esclavatge,
sense ella la oración es tornaria simple evasió,
sense ella la solidaritat es tornaria cansament

Fes-nos, Pare, el do de l'esperança...
renova el nostre cor...
...perquè preparem el Mon Nou,
...perquè Jesús arribi a neixer de ple en les nostres vides,
...perquè el nostre advent ens porti a un veritable Nadal.
Veniu, Senyor Jesús !




SI ESTOY SENTADO, LEVÁNTAME, SEÑOR
Si dudo de tus promesas; levanta mi fe, Señor
Si aumentan mis pesares; alza mi ánimo, Señor
Si me acosan mil dificultades;
haz inmensa mi fortaleza, Señor
Si mi interior se acobarda; reaviva mi espíritu, Señor
Si me ciegan los ídolos;
dirige mi vista hacia Ti, Señor
Si me enloquece la apariencia;
lleva mi corazón a Ti, Señor
Si mi cabeza se inclina; sostenla para poder verte
Si me encuentro esclavo;
rompe mis cadenas para poder caminar
Si me encierro en mí mismo;
reorienta mi alma hacia Ti, Señor
Si me conformo con lo que veo;
recupera mi afán de buscarte
Si sufro por la ansiedad;
alimenta en mí la conformidad
Si prefiero la comodidad;
llámame y ponme en pie, Señor
Si duermo y no te espero;
abre mis ojos y despiértame, Señor
Si me despisto y no te busco;
espabílame y condúceme, Señor
Si me equivoco de dirección;
recondúceme y reoriéntame, Señor
Si prefiero otros señores;
háblame y hazme ver tu grandeza
Si no tengo miedo a nada;
dame fe y dame tu santo temor
Si me creo único e invencible;
acércate y dame humildad
Si pasa el tiempo y desespero;
ayúdame y ven a mi encuentro en Navidad
Amén.


RECULL D'IMATGES:

https://goo.gl/photos/iFiTa1RHtht4a2s86