dilluns, 14 de desembre del 2015

3r diumenge d'Advent

3r diumenge d'Advent



Veniu Senyor Jesús,      
misericòrdia del Pare!





 
CORONA DE ADVIENTO

● Vivir alegres
y preparar la venida al Señor.
Él es sentido para nuestras vidas.
En nuestros desiertos clama una voz.
● Se anuncia la buena noticia:
el Señor llega.
Preparad los caminos, porque ya se acerca.
Él es el Mesías, el Libertador.
● Cuando encendemos estas tres velas
cada uno de nosotros
quiere ser luz que refleje
el Mundo Nuevo de mañana.
Y, especialmente,

encendiendo la amarilla,

expresamos la alegría

por la proximidad de la salvación;
● la alegría por la Vida
que en Jesús se nos ofrece;
la alegría por una historia y un mundo
que pueden ser realmente nuevos.
¡ Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!








Lectures de la Litúrgia de la Paraula:

CATALÀ
http://lecturesdelamissa.blogspot.com/2011/10/diumenge-iii-dadvent_1079.html

CASTELLÀ
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2015-12-13




DEL PROFETA SOFONIES
"Aquell dia diran a Jerusalem: «No tinguis por, Sió, no deixis caure les mans; 
    el Senyor, el teu Déu, el tens a dintre, com a Salvador poderós;
    per tu s'ha transportat d'alegria, et renova el seu amor,
    està de festa i crida de goig com en dies d'aplec».
                                          (So 13, 14-18a)





DE LA CARTA DE SANT PAU ALS CRISTIANS DE FILIPS
" Germans, viviu sempre contents en el Senyor;
      ho repeteixo, viviu contents. 
  Que tothom us conegui com a gent de bon tracte. 
         El Senyor és a prop."
                   (Fl 4, 4-7)






Evangeli Lc 3, 10-18
DE L'EVANGELI SEGONS SANT LLUC
"En aquell temps, la gent preguntava a Joan: «Així, doncs, què hem de fer?». Ell els responia: «Qui tingui dos vestits, que en doni al qui no en té, i qui tingui menjar, que el comparteixi també amb els altres». Entre els qui anaven a fer-se batejar hi havia també uns cobradors d'impostos que li deien: «I nosaltres, mestre, què hem de fer?». Ell els contestà: «No exigiu més del que està establert». Igualment uns guardes li preguntaven: «Què hem de fer també nosaltres?». Ell els deia: «No forceu ningú amenaçant de maltractar-lo o de denunciar-lo; acontenteu-vos de la vostra soldada».

La gent, que vivia en l'expectació, sospitava si Joan no fóra potser el Messies. Ell respongué dient a tothom «Jo us batejo només amb aigua, però ve el qui és més poderós que jo, tan poderós que no sóc digne ni de deslligar-li el calçat. Ell us batejarà amb l'Esperit Sant i amb foc. Ja té la pala a les mans per ventar la seva era; el blat, l'entrarà al seu graner, però la palla, la cremarà en un foc que no s'apaga». Amb aquestes i moltes altres exhortacions, Joan anunciava al poble la bona nova."
 De la Exortación Apostólica "Evangelii Gaudium" del Papa Francisco:
 
No a una economía de la exclusión
53. Así como el mandamiento de «no matar» pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar más que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes».
54. En este contexto, algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para poder sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe. La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera.  (EG nº 53-54)
 
        Haznos una comunidad alegre


● Señor Jesús,

haznos una comunidad abierta, confiada y pacífica,

invadida por el gozo del Espíritu Santo.


● Una comunidad entusiasta,

que sepa cantar a la vida, vibrar ante la belleza,

estremecerse ante el misterio.


● Una comunidad,

que llevemos la fiesta en el corazón

aunque sintamos la presencia del dolor

en nuestro camino,

porque sabemos, Cristo Resucitado,

que Tú has vencido el dolor y la muerte.


● Que no nos acobarden las tensiones,

ni nos ahogen los conflictos

que puedan surgir entre nosotros,

porque contamos, en nuestra debilidad,

con la fuerza creadora y renovadora de tu Espíritu.


● Regala, Señor, a esta familia tuya,

una gran dosis de buen humor

para que sepa desdramatizar

las situaciones difíciles

y sonreír abiertamente a la vida.


● Haznos expertos en deshacer nudos

y en romper cadenas,

en abrir surcos y en arrojar semillas,

en curar heridas y en mantenir viva la esperanza.


● Y concédenos ser en nuestro mundo,

a veces, abatido por la tristeza,

testigos y profetas de la verdadera alegría.


 
La persona que es feliz

   vive contenta y difunde paz

   entre quienes le rodean.

Su alegría atrae a todos,

   y siempre piensa en lo bueno

   que hay en los demás.

La persona que es feliz

   trae la luz

   allá donde hay oscuridad.

Y sólo quien es feliz

   puede hacer felices a los otros.

Señor Jesús:

   enséñanos a ser felices,

a contagiar la alegría

a quienes nos rodean,

a llenar con buenos pensamientos

      este mundo,

a llenar de sonrisas

     nuestros días.


MI ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR

Vienes en silencio y tus pasos, Señor,
producen en mí, calma, seguridad y paz.
Necesito, Señor, un poco de tu mundo:
De tu gozo, para mi corazón triste
De tu alegría, para mi alma esquiva
De tu mano, en mis caminos inciertos

¡VEN, SEÑOR!
Y hazme recuperar la alegría perdida
El gusto por vivir, despertando cada mañana
La esperanza en tanta hora triste
Porque Tú, Señor, eres alegría
haz que mis dos ojos brillen
con el resplandor de la felicidad
con el encanto de la fe
con la virtud de la caridad

MI ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR
Porque vienes y te sientas a mi lado
Porque compartes mi condición humana
sabiendo lo frío, que tantas veces,
se encuentra mi corazón y mi pensamiento.
Porque, siendo Dios, apuestas fuerte por mí
Porque, estando en el cielo,
plantas tu tienda
en medio de tanta incertidumbre y viento
que sacude a nuestro viejo mundo

MI ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR
Por eso te doy gracias y bendigo tu nombre
Espero tu llegada y preparo mi interior
Anhelo la Noche Santa de la Navidad
y afino las cuerdas de mi alma,
 con la verdad, la espera, el silencio,
la humildad o la vigilancia.
Sólo sé, mi Señor, que mi alegría
con tu llegada y por tu Nacimiento
eres Tú, Señor.
Amén


 
i per Santa Llúcia posem el pessebre: 



 




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