Veniu, Senyor, Jesús!
CORONA DE ADVIENTO
● Encendemos,
este primer domingo de adviento esta luz,
como aquél que permanece en vela,
esperando para salir al encuentro
del Señor que ya viene.
Una vela VERDE
que es signo de nuestra esperanza.
Tu Señor Jesús vienes a nosotros.
Muchas sombras nos envuelven.
Muchos halagos nos adormecen.
En esta primera semana de adviento,
queremos estar atentos y preparados,
como María, Madre de la esperanza,
para acoger al mensajero
que nos trae la mejor noticia,
la paz más profunda
y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
DEL PROFETA ISAÏES
"Oh, si esquincéssiu el cel i baixéssiu,
si davant vostre es fonguessin les muntanyes!"
"Però enmig de tot, Senyor, sou el nostre pare;
nosaltres som l'argila, i vós, el terrisser;
tots som obra de les vostres mans."
(Is 63,16b-17.19b.64,2b-7)
DE LA PRIMERA CARTA DE SANT PAU
ALS CRISTIANS DE CORINT
"Vivim esperant la manifestació de nostre Senyor Jesucrist"
(1C 1,3-9)
DE L'EVANGELI SEGONS SANT MARC
En aquell temps, deia Jesús als seus deixebles: «Estigueu atents,
vetlleu. No sabeu quan vindrà el temps decisiu. L'home que se'n va a
terres llunyanes, sortint de casa deixa els seus criats responsables de
les tasques que confia a cadascun, i al porter li recomana que vetlli.
Igual heu de vetllar vosaltres, perquè no sabeu quan tornarà l'amo de
casa; no sabeu si vindrà al vespre, a mitjanit, al cant del gall, a la
matinada. El tindreu aquí a l'hora menys pensada: mireu que no us trobi
dormint. I això que us dic a vosaltres, ho dic a tothom: Vetlleu». (Mc 13,33-37)
ORACIÓN: “MIRAD, VIGILAD:
PUES NO SABÉIS CUANDO ES EL MOMENTO”
(Mc 13, 33-37)
● Señor Jesús:
Hoy nos invitas a esperar “vigilantes” tu venida.
Y quieres que en la espera no estemos “dormidos”:
“escondiendo el talento en la tierra”,
“no dando de comer al hambriento...”.
● Por el contrario
sentiremos la alegría de la esperanza:
“velando en el rezo con acción de gracias”,
“trabajando con tranquilidad”,
“dando el alimento a su tiempo”,
“siendo fiel en lo poco”,
“acogiendo al forastero, al desnudo, al enfermo...”,
“resistiendo firmes en la fe”.
● Ayúdanos, Jesús nuestro,
a entender la vigilancia cristiana,
constante y responsable,
que evite la impaciencia y el estancamiento,
que excluya el miedo y la evasión de la realidad,
que nos centre en la construcción de tu Reino.
● Para ello te pedimos, Señor nuestro:
la fe viva que nos da sentido,
la sobriedad que nos hace personas libresante el consumismo.,
la caridad incansable que actualiza el amor del Padre,
la oración asidua que intuye y salva cada momento,
la resistencia firme a todo mal.
Desvetlleu-me, Senyor!!!
Que aprengui a viure amb els ulls ben oberts
per saber veure al company que em necessita,
per aprendre a posar les meves mans al seu servei,
perquè els meus peus estiguin a punt per acompanyar-lo,
perquè les meves paraules siguin d’amistat i bondat,
perquè estigui preparat
per caminar, créixer i avançar plegats
colze amb colze,
amb el cor ben obert a la vostra amistat,
a la Salvació que ja s’acosta.
Veniu Senyor Jesús!
“Mirad, vigilad, Velad”.
Son tres palabras y una misma actitud.
Mirar es ver con detenimiento y profundidad.
Mirar es fijar los ojos con interés y con alguna esperanza.
Mirar es dejarse sorprender.
Miremos de verdad a las personas, a las cosas, a los acontecimientos, a la vida.
La vigilancia es fruto de la fe, de la esperanza y del amor.
Vigilamos cuando esperamos,
vigilamos cuando creemos,
vigilamos cuando confiamos,
vigilamos cuando amamos.
No dejemos de velar. Velad, porque Dios es sorprendente.
El viene siempre, pero no sabemos cuándo, cómo y por dónde.
Velad para no dormir, dejando pasar la ocasión del encuentro.
Velad para reconocer y acoger a Dios, siempre que quiera presentarse.
Velad, pero cumpliendo cada uno su tarea.
Velad, porque la vigilancia es hija de la esperanza.
Velad, porque vivimos en un adviento continuado". (J.M.Martin)
Sortir
amb els ulls ben oberts,
lleuger de pes i dret,
lliure i disposat.
Caminar pels carrers sense por,
atalaiar l'horitzó serenament,
saludar i tocar a la gent.
Escoltar la remor de la vida,
deixar-se amarar per ella
i regalar càntirs d'esperança cada dia.
No adormir-me,
vigilar tot el que esdevé
i esperar dia i nit al Qui vé.
Tornar
amb els peus polsosos,
el cor entendrit
i prenyades les entranyes.
Entrar alegre a casa,
deixar-se rentar i curar les nafres
i seure a menjar en companyia.
Explicar el que m'ha passat,
escoltar a tots com amic
i cantar amb veu humana les seves lloances.
Romandre molt de temps en silenci
contemplant el misteri
i tenint cura de la vida que està florint.
Això és Advent.
Això és Advent.
ADVIENTO LITURGICO y ADVIENTO ESPIRITUAL
"Este domingo comienza el Adviento litúrgico, que durará hasta el
día de Navidad. El Adviento litúrgico es el tiempo que la Iglesia
nos anima a prepararnos para conmemorar dignamente el aniversario de
la venida de nuestro Señor Jesucristo al mundo. El Adviento
litúrgico se refiere, naturalmente, a la preparación litúrgica. El
color morado que usamos en las celebraciones de Adviento significa
preparación y conversión, porque queremos llegar a la Navidad con
un espíritu renovado. También es propia de este tiempo la que
llamamos “corona de Adviento”, que son las cuatro pequeñas velas
de esta corona, que significan la luz de Cristo que viene a alumbrar
nuestro camino hasta el día de Navidad.
Frente a este Adviento litúrgico está el Adviento espiritual que es actitud esencial para la vida cristiana cotidiana. Las lecturas bíblicas de estos cuatro domingos del Adviento litúrgico se refieren al Adviento espiritual, tiempo de preparación para el encuento con Cristo El color propio de este Adviento espiritual sería el color verde, que significa esperanza. De hecho, el color verde es el color que usamos en la liturgia durante todo el tiempo ordinario, porque, como hemos dicho, toda nuestra vida es preparación y esperanza en nuestra Pascua en plenitud, en Cristo.
Nuestro Adviento litúrgico es, también, un recuerdo del largo Adviento judío, que duró siglos, esperando al Mesías. Comencemos, pues, nosotros hoy nuestro corto Adviento litúrgico, sin olvidar que toda nuestra vida es un Adviento espiritual. Velemos, pues, y oremos durante todo este tiempo y durante toda nuestra vida para que, cuando Dios nos llame, nos encuentre bien preparados, porque no sabemos ni el día, ni la hora en los que ocurre este encuentro. Cada día es importante para vivir la vida en plenitud."
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