dimarts, 6 de desembre del 2016

Advent 2016 - 2n setmana



Veniu Senyor Jesús!!!






Queremos caminar, Señor,
     caminar a la luz de tu Palabra,
     caminar animados por tu promesa.
No queremos vivir pasivos
     como si no pasara nada.
Queremos caminar
     en las tinieblas del mundo,
     llevando la luz del Evangelio
     para que todos vean
     y puedan seguir adelante.
Queremos que nuestro camino
     sirva para abrir caminos;
     que nuestra fe despierte confianza, 
     que nuestra esperanza recoja
     todas las esperanzas de la humanidad.
Queremos vivir en permanente adviento,
     esperándote, esperando en Ti.
Y estamos dispuestos
     a trabajar con firmeza por tu Reino,
     codo a codo
     con nuestros hermanos y hermanas;
     hasta que nuestro mundo
     sea una casa común para todos,
     y juntos podamos cantar tu bondad.
¡Ven con nosotros, Señor!






 
"Aquell dia,
la soca de Jesè tallada traurà un rebrot, 
naixerà un plançó de les seves arrels."
                            Is 11, 1-10 











"Accepteu-vos els uns als altres 
    com el Crist us ha acceptat, 
   donant així glòria a Déu."
                 Rm 15, 4-9






"«Convertiu-vos, que el Regne del cel és a prop». 
És d'ell que deia el profeta Isaïes: 
«Una veu crida en el desert: 
"Obriu una ruta al Senyor, aplaneu-li el camí"».
                                  Mt 3, 1-12





Allanad los senderos, porque Él vendrá;
     rasgará los corazones de piedra,
     ablandará la dureza de nuestra tierra seca.
Vendrá el Señor, no tardará.
Esperadlo en el umbral de vuestra casa,
     porque, sin hacer ruido, vendrá
     y lo inundará todo con su amor.




     Jesús, renuevo de Jesé,
     el Padre ha posado sobre ti el Espíritu.
Derrama en nosotros el Espíritu que nos guíe
en la búsqueda de la verdadera sabiduría
      para saber vivir bien y lograr la felicidad verdadera.
Derrama en nosotros tu Espíritu,
para que nos conceda el comprender
      nuestra historia en el plan de Dios Padre.
Derrama en nosotros
el Espíritu de consejo y valentía,
     para poder tomar decisiones juiciosas
     y concretizarlas en hechos
     con perseverancia, paciencia y tenacidad.
Derrama en nosotros
el Espíritu de conocimiento,
     para poder tener contigo una profunda familiaridad
     que nos permita penetrar los secretos
     de tu corazón manso y humilde.
Derrama en nosotros
el Espíritu del temor del Señor,
      para que la voluntad del Padre
      sea verdaderamente el centro
     de nuestros pensamientos, deseos y proyectos.
Derrama en nosotros el Espíritu
con el que revelas al Padre
a los pequeños, a los pobres,
     para que nos haga pobres, gozosos y libres
     como Tú, el Hijo que nos colmas de alegría.



CONVIÉRTEME, SEÑOR
Del ruido, que me impide escucharte,
a la paz que me permite sentirte con nitidez.
De la comodidad, que desfigura mi felicidad
a la sobriedad que necesita mi alma para no perderte
a la belleza interior como camino hacia la perfección

CONVIÉRTEME, SEÑOR
De mi voz, suave y tímida para pregonarte,
a un testimonio vivo, eficaz y valiente,
para proclamar que, como Tú,
nada ni nadie ha de salvar al hombre

CONVIÉRTEME, SEÑOR
De mi autosuficiencia, orgullo y seguridades
a la humildad para saber y poder encontrarte

CONVIÉRTEME, SEÑOR
De mis apariencias, simples e interesadas,
a la plenitud que me ofrece tú presencia,
real y misteriosa, dulce y exigente,
divina y humana, audible….y a veces silenciosa
Con respuestas….y a veces con interrogantes

CONVIÉRTEME, SEÑOR
Y dame un nuevo corazón para alabarte
Y dame un nuevo corazón para bendecirte
Y dame un nuevo corazón para esperarte
Y dame un nuevo corazón para amarte. Amén.


Señor Jesús,
conducidos por la palabra fuerte y vigorosa
de Juan el Bautista, tu precursor,
deseamos recibir tu bautismo de Espíritu y fuego.
Tú sabes cuantos miedos, perezas espirituales e hipocresía
albergan nuestros corazones.
Estamos convencidos que en tu bieldo
quedaría de nuestra vida poco grano y mucha paja,
pronta para el fuego inextinguible.
Te decimos desde lo más profundo del corazón:
Ven a nosotros en la humildad de tu encarnación,
de tu humanidad cargada de nuestros límites y pecado
y danos el bautismo de la inmersión
en el abismo de tu humildad.
Concédenos estar inmersos en aquellas aguas del Jordán
que fluyen de tu divino costado atravesado en la cruz
y haz que te reconozcamos verdadero Hijo de Dios,
verdadero Salvador nuestro.
En este adviento llévanos al desierto del expolio,
de la conversión, de la soledad, de la penitencia
para experimentar el amor del tiempo primaveral.
Que tu voz no quede en el desierto,
sino que resuene en nuestro corazón
de modo que toda nuestra vida,
inmersa – bautizada en tu Presencia
pueda convertirse en novedad de amor. Amén.






De la Exhoración Apostólica "Evangelii Gaudium" del Papa Francisco:

86. Es cierto que en algunos lugares se produjo una «desertificación» espiritual, fruto del proyecto de sociedades que quieren construirse sin Dios o que destruyen sus raíces cristianas. Allí «el mundo cristiano se está haciendo estéril, y se agota como una tierra sobreexplotada, que se convierte en arena». En otros países, la resistencia violenta al cristianismo obliga a los cristianos a vivir su fe casi a escondidas en el país que aman. Ésta es otra forma muy dolorosa de desierto. También la propia familia o el propio lugar de trabajo puede ser ese ambiente árido donde hay que conservar la fe y tratar de irradiarla. Pero «precisamente a partir de la experiencia de este desierto, de este vacío, es como podemos descubrir nuevamente la alegría de creer, su importancia vital para nosotros, hombres y mujeres. En el desierto se vuelve a descubrir el valor de lo que es esencial para vivir; así, en el mundo contemporáneo, son muchos los signos de la sed de Dios, del sentido último de la vida, a menudo manifestados de forma implícita o negativa. Y en el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza». En todo caso, allí estamos llamados a ser personas-cántaros para dar de beber a los demás. A veces el cántaro se convierte en una pesada cruz, pero fue precisamente en la cruz donde, traspasado, el Señor se nos entregó como fuente de agua viva. ¡No nos dejemos robar la esperanza!




EL ADVIENTO COMERCIAL
El tiempo navideño se desliza hoy en la tensión entre armonía familiar y religiosidad difusa) presión consumista y recuerdos nostálgicos de infancia.
El Adviento comercial comenzó ya hace unas semanas y es visible en nuestras calles.
Las gentes se apresuran en los comercios y compran, Se escucha música de Navidad y se ve a Papa Noel, una atracción para los niños pequeños y grandes. El Adviento parece un mercado anual. Un auténtico caos de productos. Pronto uno no se entera de nada, tan confuso es todo.
Pero hay todavía algo más. Cuando uno va por la calle encuentra columnas y paneles publicitarios llenos de anuncios. No gritan, pero son lo suficientemente grandes, como para que uno no los vea. Cada uno promete lo mejor: ¡Tienes que tomar esto para mantenerte sano! ¡Tienes que ver esto para ser feliz! ¡Tienes que participar en esto para tener éxito! ¡Tienes que comer esto, poseer aquello, para pertenecer a un grupo de personas especiales! Cada uno hace propaganda a su manera. Y curioso: Con lo silenciosos que son los anuncios, con el correr del tiempo actúan sobre la gente.
La mentalidad de consumir está hoy agudizada por una escalada de la publicidad. Queremos tener cada vez más, usar cada vez más, cada vez más pronto cambiar lo viejo por lo nuevo que presumimos es mejor. Lo viejo, aunque funcione, ya no sirve,
El estado de ánimo de los cristianos frente a estos fenómenos a menudo está un poco dividido. Nos sentimos obligados a protestar frente a este secuestro y falsificación del misterio navideño, que es evidente en muchos anuncios y también en algunas canciones; nos indignamos de que el misterio de Dios se haya degradado a un medio de aumentar la cifra de ventas y de hacer negocio.
Pero no vamos sólo a elevar el canto de las lamentaciones. No podemos tampoco cerrarnos a la alegría que brota de las luces y los sonidos, de los recuerdos y expectativas y de los rostros de nuestros niños. En efecto, no debemos aplicar nuestro celo profético en un lugar equivocado, sino preguntar primero por lo que es bueno para luego sensatamente podernos defender de lo que queda nocivo.
Así, sin una escisión esquizofrénica entre colaboración y protesta, podemos actuar desde dentro en el restablecimiento de nuestro tiempo y de nuestra sociedad. Debemos mantener o aprender de nuevo a regalar, sin ahogamos en las compras; debemos recibir y aceptar las canciones para superar nuestro falso pragmatismo y llegar a ser hombres y mujeres de corazón abierto; debemos aprender de los niños sencillez y alegría y así comprender mejor el mensaje de Dios, cuya grandeza se abre precisamente a los pequeños que no se consideran demasiado inteligentes para poder adorar.
                                                   Javier Calvo - “Eucaristía2-EVB - 2007 - nº57






ABECEDARIO POSITIVO COMO CAMINO PARA VIVIR EL ADVIENTO:
Agradecer a Dios habernos regalado a las personas con las que convivimos.
Buscar el bien común por encima de los intereses personales.
Corregir con empatía a aquél que se equivoca.
Dar lo mejor de uno mismo, poniéndose siempre al servicio de los otros.
Estimar a los otros, sabiendo reconocer sus capacidades.
Facilitar las cosas dando soluciones y no creando más problemas.
Ganar la confianza de los otros compartiendo con ellos sus preocupaciones.
Heredar la capacidad de aquellos que saben ser sinceros con valentía y respeto
Interceder por los otros a Dios, antes de hablarle de nuestras cosas.
Juzgar a los otros por lo que son, no por lo que tienen ni por lo que aparentan.
Limitar las ansias personales frente a las necesidades del grupo.
LLenarse con lo mejor que uno encuentra en el camino de la vida.
Mediar entre los compañeros que no se entienden.
Necesitar de los otros sin ningún perjuicio.
Olvidar el miedo al "qué dirán".
Preocuparse por los más débiles y los más necesitados.
Querer siempre el bien de las personas.
Respetar las opiniones de los demás.
Salir al encuentro del otro, no esperando que él dé el primer paso.
Tolerar los defectos y límites propios y ajenos con sentido del humor.
Unirnos todos para que podamos vivir en paz y armonía.
Valorarse con realismo, sin creerse superiores a los demás
X es una incógnita que invita a la búsqueda constante de la verdad.
Yuxtaponer ilusiones y esperanzas, trabajos y esfuerzos por crear fraternidad.
Zambullirse sin miedo en el nuevo día que Dios nos regala cada mañana





Ideas para vivir una verdadera Navidad

Tener presencia de Dios, ser conscientes de que en este mes de diciembre, donde las calles se llenan de luces y los comercios de gente comprando regalos, va a nacer Jesús y va a nacer para salvarnos. Una vez más. Esta es la principal idea para vivir una verdadera Navidad. Recordar en todo momento qué es la Navidad.

1. Celebra San Nicolás el 6 de diciembre. Un santo que de pequeño todas las cosas que tenía se las regalaba a los pobres. Es por eso que en la celebración de su onomástica se regalaban dulces y juguetes a los más pequeños. Esta tradición cristiana derivaría más tarde en Santa Claus.
2. Pon el árbol de Navidad como hizo San Bonifacio. Plantó un pino para simbolizar el amor de Dios y la vida eterna por ser este árbol perenne. Lo adornó con velas (luz de Cristo) y manzanas (pecado original). Añade una estrella en la punta para recordar la de Belén que guía nuestra fe.
3. Prepara el belén. San Francisco de Asís fue el primero en hacerlo. En una cueva de verdad, con animales y pastores, celebró la Santa Misa en la Nochebuena de 1223.
4. Piensa en Jesús cuando veas las luces de Navidad en las calles, porque Él es la luz del mundo. Si le seguimos no caminaremos en la oscuridad.
5. Ilusiónate con la llegada de los Reyes Magos. Ellos recorrieron miles de kilómetros para ir a adorar al Niño. Visita los belenes de la ciudad con la misma ilusión y que hicieron ellos. Ofrécele al Niño todos tus propósitos.

 

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