diumenge, 25 de febrer del 2018

2n diumenge de Quaresma


2n diumenge de Quaresma

"El mal s’escamparà tant,
 que l’amor de molts es refredarà
  (Mt 24,12).

























 
L'àngel li digué: «Deixa estar el noi, no li facis res.
Ja veig que reverencies Déu,
tu que no m'has refusat el teu fill únic».
Gn 22,1-2.9a.10-13.15-18



Germans, si tenim Déu a favor nostre, qui tindrem en contra?
Rm 8,31b-34




De l'evangeli segons sant Marc                  
En aquell temps, Jesús prengué Pere, Jaume i Joan, els dugué tots sols dalt d'una muntanya alta i es transfigurà davant d'ells: els seus vestits es tornaren fulgurants, i eren tan blancs que cap tintorer del món no hauria pogut blanquejar-los així. Se'ls aparegué Elies amb Moisès, i conversaven amb Jesús. Llavors Pere diu a Jesús: «Rabí, que n'estem de bé aquí dalt! Hi farem tres cabanes, una per a vós, una per a Moisès i una altra per a Elies». No sabia pas què dir, d'esglaiats que estaven. Llavors es formà un núvol que els cobria, i del núvol estant va sortir una veu: «Aquest és el meu Fill, el meu estimat; escolteu-lo». Immediatament, mirant al seu voltant, ja no veieren ningú més, sinó Jesús tot sol amb ells.
Mentre baixaven de la muntanya, Jesús els manà que no referissin a ningú allò que havien vist, fins després que el Fill de l'home hagués ressuscitat d'entre els morts. Ells retingueren aquestes paraules i discutien entre ells què volia dir això de «ressuscitar d'entre els morts».     (Mc 9, 2-10)



● Pedro, Santiago y Juan en la cima del monte
contemplaron a Jesús con tus propios ojos.
Iban subiendo con el Jesús de siempre,
pero éste, al llegar arriba, de pronto se transfiguró:
      su rostro brillaba más que el sol,
y el resplandor que salía de su cuerpo
impregnaba sus vestidos de la vibrante nitidez
que tienen las nieves eternas de las montañas
      cuando las embiste el sol.
● Pero no era Jesús el que había cambiado:
los transfigurados eran los ojos de los apóstoles,
    que iluminaste con tu luz
y pudieron ver a Jesús como Tú lo ves:
lleno de tu gloria y majestad, pero sin humillar ni herir,
porque era pura gracia y misericordia,
     puro amor y lealtad;
     la hermosura de su rostro
     no dejaba al descubierto su miseria, la de ellos,
     sino que invitaba más bien a la participación,
       daba muchísimo contento
       y una paz imposible de expresar.
● Pero ellos eran todo ojos: no querían escuchar,
  querían quedarse a ver el Reino de Dios;
  se conformaban con quedarse a ver para siempre.
No sabían que el Reino no es para contemplar,
    como quien contempla un espectáculo;
    tu Reino es para vivirlo, para participar.
Por eso los cubrió la nube, y ya nada vieron,
     pero escucharon la Voz:
    «Este es mi Hijo, mi predilecto: seguidlo»
Tú les invitabas, Señor, no a mirar pasivamente,
    sino a vivir en el seguimiento de Jesús
    hasta transformarse también ellos en hijos tuyos...
● Concédenos, Señor, seguir a tu Hijo
   para que veamos con tus ojos
   a las personas, la creación entera
      y nuestro propio corazón,
hasta que, mediante el servicio fraternal,
la tierra toda se transfigure en la Nueva Creación.
                                           Pedro Trigo



TU ROSTRO BUSCARÉ, SEÑOR.
Si me escondes tu rostro, viene la noche,
mi vida pierde su sentido, viene el vacío.
Busco tu rostro, Señor,
aunque esté desfigurado en los que sufren,
oculto en la carita de los niños,
herido en las mejillas de los pobres,
manchado en el rostro de los oprimidos.
Busco tu rostro, Señor,
en el monte del Tabor o del Calvario,
en la oración escondida,
en la cruz transfigurada,
en el silencio del alma,
en tu palabra de vida y de esperanza.
Busco tu rostro, Señor,
tu mirada, tu luz, tu paz, tu abrazo.





       UN TABOR CONTEMPLATIVO
La contemplación resuena en mí a gratuidad.
La contemplación me habla de silencio.
La contemplación és hondura de vida.
La contemplación es don y gracia del Señor.
La contemplación és permanencia en el estar:
estar sintiéndome querido,
estar, sin más, dejándome amar y amando,
sentir la presencia de Dios amorosa,
presencia silenciosa y profunda, con gozo.
Contemplación es sentir a Dios en mi corazón
y saberme viviendo en el corazón de Dios;
es admirarme de esta comunión profunda,
toque y chispazo de la vida divina.
Es también contemplar la creación,
expresión de tu belleza. presencia silenciosa;
y cómo la explotamos y maltratamos...
Tú Señor, sigues en Cruz, amando y esperando,
recordando que la creación necesita ser liberada.
Contemplarte a Ti, Señor, contemplando mi vida,
me soñaste y modelaste según tu imagen,
imagen que yo rompo y embarro tantas veces,
y Tú desde la Cruz sigues sonriéndome.
Contemplación: belleza de lo cotidiano.
Contemplación: hondura de la vida.
Contemplación: calidad de relaciones.
Contemplación: finura en la entrega,
alegría en el servicio.
Sentir tu gozo Señor, en mí,
saborear el gozo de mi vida en Tí.
  

FOTOGRAFIES i IMATGES
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