dijous, 18 de desembre del 2014

3r diumenge d'Advent - cicle B


3r Diumenge d'Advent - Cicle B
Què has fet amb el teu germà?  (Gn 4,7)
L'ESPERANÇA ENS OBRE ALS GERMANS


 GAUDETE !
Viure amb joia i preparar la vinguda del Senyor.
Ell és sentit per les nostres vides.
En els nostres deserts ressona un clam.
S’anuncia la Bona Notícia: el Senyor ja és prop.
Ell és el Messies, el qui porta la Llibertat.
Encenent aquest tres ciris recordem que cadescú de nosaltres
ha de ser llum que il.lumini el Món Nou del demà.
I avui especialment expressem la joia per la proximitat de la Salvació;
l’alegria per la Vida que en Jesús se’ns ofereix;
el goig per una història i un món que poden ser realment nous.
Veniu Senyor Jesús! Veniu Salvador nostre!














Lectura primera Is 61,1-2a.10-11
Aclamo el Senyor, ple de goig




Lectura segona 1Te 5,16-24
Germans, viviu sempre contents, 
no us canseu mai de pregar, doneu gràcies en tota ocasió


Evangeli Jo 1,6-8.19-28

Tot i que no el coneixeu, ja teniu entre vosaltres el qui ha de venir

Lectura de l'evangeli segons sant Joan
Déu envià un home que es deia Joan. Era un testimoni; vingué a donar testimoni de la Llum, perquè per ell tothom arribés a la fe. Ell mateix no era la Llum; venia només a donar-ne testimoni.
Quan els jueus van enviar-li, des de Jerusalem, sacerdots i levites per interrogar-lo, el testimoni de Joan fou aquest. Li preguntaren: «Qui ets tu?». Ell, sense cap reserva, confessà clarament: «Jo no sóc el Messies». Li preguntaren: «Qui ets, doncs? Elies?». Els diu: «No el sóc». «Ets el Profeta que esperem?». Respongué: «No». Li digueren: «Doncs, qui ets? Hem de donar una resposta als qui ens han enviat: què dius de tu mateix?». Digué: «Sóc una veu que crida en el desert: "Aplaneu el camí del Senyor", com diu el profeta Isaïes». Alguns dels enviats, que eren fariseus, li preguntaren encara: «Per què bateges, doncs, si no ets el Messies, ni Elies, ni el Profeta?». Joan els respongué: «Jo batejo només amb aigua, però, tot i que no el coneixeu, ja teniu entre vosaltres el qui ve després de mi; jo no sóc digne ni de deslligar-li la corretja del calçat».
Això va passar a Bet-Ània, a l'altra banda del Jordà, on Joan batejava




Domingo Tercero de Adviento Ciclo B ( Castellano )
https://www.youtube.com/watch?v=rtCR5_3ZT0s

Domingo Terceiro do Advento Ciclo B ( Portugês ) 
 https://www.youtube.com/watch?v=hRfZ2gzjjzU

Trosiène Dimanche de L´Avent Cycle B ( Français ) 
 https://www.youtube.com/watch?v=OYgha_jQLnk

3rd Sunday Of Advent Cycle B ( English ) 
https://www.youtube.com/watch?v=xrqwzq-OYEU




Senyor,
Joan Baptista ens torna a insistir:
Compartir-ho tot,
            practicar la justícia, 
            construir la pau...
                   ...i estar sempre a punt.
Bateja'ns en l'Esperit Sant
       i en el foc renovador
  perquè els nostres camins
  no parin d'edificar el teu Regne Nou.
Fes que en els deserts d'aquest món
        resseguim un camí il·lusionat.
Obre els nostres llavis
   i proclamarem que véns
   perquè tothom vegi
   l'amor del nostre Déu.





Reflexión Espiritual, de los sermones de san Agustín, obispo:
 «JUAN ERA LA VOZ, CRISTO ES LA PALABRA»
Juan era la voz, pero el Señor es la Palabra que en el principio ya existía. Juan era una voz provisional; Cris...to, desde el principio, es la Palabra eterna. Quita la palabra, ¿y qué es la voz? Si no hay concepto, no hay más que un ruido vacío. La voz sin la palabra llega al oído, pero no edifica el corazón.
Pero veamos cómo suceden las cosas en la misma edificación de nuestro corazón. Cuando pienso lo que voy a decir, ya está la palabra presente en mi corazón; pero, si quiero hablarte, busco el modo de hacer llegar a tu corazón lo que está ya en el mío. Al intentar que llegue hasta ti y se aposente en tu interior la palabra que hay ya en el mío, echo mano de la voz y, mediante ella, te hablo: el sonido de la voz hace llegar hasta ti el entendimiento de la palabra; y una vez que el sonido de la voz ha llevado hasta ti el concepto, el sonido desaparece, pero la palabra que el sonido condujo hasta ti está ya dentro de tu corazón, sin haber abandonado el mío. [...]
Y cuando le preguntaron: ¿Quién eres? respondió: Yo soy la voz que grita en el desierto: ¡Allanad el camino del Señor!. La voz que grita en el desierto, la voz que rompe el silencio. Allanad el camino del Señor, como si dijera: «Yo resueno para introducir la palabra en el corazón; pero ésta no se dignará venir a donde yo trato de introducirla, si no le allanáis el camino».
¿Qué quiere decir: Allanad el camino, sino: «Suplicad debidamente»? ¿Qué significa: Allanad el camino, sino: «Pensad con humildad»? Aprended del mismo Juan un ejemplo de humildad. Le tienen por el Mesías, y niega serlo; no se le ocurre emplear el error ajeno en beneficio propio. Si hubiera dicho: «Yo soy el Mesías», ¿cómo no lo hubieran creído con la mayor facilidad, si ya le tenían por tal antes de haberlo dicho? Pero no lo dijo: se reconoció a sí mismo, no permitió que lo confundieran, se humilló a sí mismo.
Comprendió dónde tenía su salvación; comprendió que no era más que una antorcha, y temió que el viento de la soberbia la pudiese apagar.                                     
(Sermón 293, 3: PL 38,1328-1329)






Queridos hermanos:
“Estad siempre alegres”. Las palabras de Pablo dan sentido a este tercer domingo de Adviento, domingo de “gaudete”, tan cerca ya de la Navidad. Isaías nos dice: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios”. Alegría porque estamos en un tiempo de gracia, tiempo para anunciar la Buena Noticia: “Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor”. El verdadero fundamento de esta alegría es el Espíritu que nos ha ungido como ungió a Jesús y nos ha enviado a dar buenas noticias a los pobres.
“No despreciéis el don de la profecía” nos comunica la segunda lectura, y el evangelio de hoy nos presenta en primer plano la figura de Juan, el precursor, el profeta o más que profeta como dirá después Jesús. Él es una voz que calma en el desierto, una voz que se deja oír denunciando la injusticia. Isaías, Juan y Jesús colocarán como base de esta justicia social el cambio interior, los hombres que intentan sanear la sociedad deben ser los primeros en sanearse a sí mismos. Es posible que ésta sea la mejor aportación de los cristianos dentro de las mediaciones que buscan un cambio dentro de la sociedad (partidos, sindicatos, asociaciones, plataformas…). La fe implica necesariamente un compromiso político (de polis), meterse dentro y desde dentro, denunciar y urgir la autenticidad de la cosas.
Aunque ya sabemos como suelen acabar los profetas, no podemos callar ante millones de seres humanos que mueren de hambre, que son víctimas de la violencia, que pierden la vida al intentar llegar a nuestras costas. No podemos permanecer mudos ante los desplantes de los poderosos, su falta de escrúpulos y sus corrupciones. Ante los desmanes del Capitalismo que acumula beneficios inmensos, regatea los salarios y crea condiciones de trabajo indignas. Ya está bien de desahucios, de recortes, de poner a los Bancos por encima de las personas, de la precariedad… de tantas cosas. Tenemos que hablar, tenemos que dar la cara. Porque creemos; por eso tenemos que hablar. Quizás parezca una palabra en el desierto, pero seguro que es para muchos, para los pobres, una palabra de aliento, de esperanza, de alegría, (algo de esto nos quiere comunicar el Papa Francisco), recordándonos con Isaías: “Qué como el suelo echa sus brotes, así el Señor hará brotar la justicia”.
La palabra de Dios nos llega en forma de advertencia: ¡Cuidado! “En medio de vosotros hay uno a quien no conocéis”. Jesús se encuentra entre las clases humildes y oprimidas, entre los ciegos, los presos…Si no lo buscáis allí, jamás lo encontraréis. Más aún ni siquiera lo conocéis. Su Espíritu nos ungió para dar buenas noticias, “no apaguemos el Espíritu”, el nos da autenticidad de vida y nos invita a  animar y sostener a los débiles. Sin Espíritu, sin mística, no es posible salir a las periferias y sin estar con los pobres es difícil vivir una sana espiritualidad. Eso es la Navidad, en esto consiste la alegría.   
                            Julio César Rioja cmf   (www.ciudadredonda.org)

 

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