dilluns, 22 de desembre del 2014

4t diumenge d'Advent - cicle B

4t diumenge d'Advent - cicle B

4t Diumenge d'Advent - Cicle B
Què has fet amb el teu germà?  (Gn 4,7)
L'ESPERANÇA ENS OBRE ALS GERMANS

    CORONA DE ADVIENTO
● Señor, al encender estas cuatro velas,
en este último domingo de Adviento,
pensamos en ella, la Virgen,
tu madre y nuestra madre.
Queremos revivir especialmente
su disponibilidad,
y lo hacemos con esta vela roja.
Rojo del testimonio i del Espíritu.
● Señor, nadie, como María
te esperó con más ansia,
con más ternura, con más amor.
Nadie te recibió con más alegría.
Te sembraste en ella como el grano de trigo
se siembra en la tierra acogedora.
● También nosotros
queremos prepararnos así:
haznos disponibles
a la acción de tu Espíritu,
haznos disponibles
al compromiso por tu Reino:
en la fe, en el amor, en la gratuidad,
y en el trabajo de cada día.
¡ Ven pronto, Señor; ven a salvarnos!




Lectura primera 2S 7,1-5.8b-11.16
El regne de David es perpetuarà davant el Senyor


Lectura segona Rm 16,25-27
Ha sortit a la llum el pla de Déu, amagat en el silenci dels segles


 
Evangeli Lc 1,26-38
Déu t'ha concedit el seu favor i tindràs un fill
Lectura de l'evangeli segons sant Lluc
En aquell temps, Déu envià l'àngel Gabriel a un poble de la Galilea anomenat Natzaret, per dur un missatge a una noia, promesa amb un descendent de David, que es deia Josep, i el nom de la noia era Maria. L'àngel entrà a casa d'ella i li digué: «Déu te guard, plena de gràcia, el Senyor és amb tu». Ella es torbà en sentir aquestes paraules, i pensava per què la saludava així. Però l'àngel li digué: «No tinguis por, Maria; Déu t'ha concedit el seu favor. Tindràs un fill i li posaràs el nom de Jesús. Serà gran i l'anomenaran Fill-de-l'Altíssim. El Senyor Déu li donarà el tron de David, el seu pare, serà rei del poble d'Israel per sempre, i el seu regnat no tindrà fi». Maria preguntà a l'àngel: «Com pot ser, això, si jo no tinc marit?». L'àngel li respongué: «L'Esperit Sant vindrà sobre teu, i el poder de l'Altíssim et cobrirà amb la seva ombra; per això el fruit sant que naixerà l'anomenaran Fill de Déu. També la teva parenta, Elisabet, ha concebut un fill a la seva edat; ella que era tinguda per estèril ja es troba al sisè mes, perquè a Déu res no li és impossible». Maria va respondre: «Sóc l'esclava del Senyor: que es compleixin en mi les teves paraules».
I l'àngel es va retirar.



Rezando Voy Fin de semana 20/21 Diciembre
http://www.rezandovoy.org/images/stories/mp3/rv141220.mp3










Quart Diumenge D´Advent Cicle B ( Català )







Cuarto Domingo de Adviento Ciclo B ( Castellano )
http://youtu.be/Jqh4mmh9bWU

 Quarto Domingo de Advento Ciclo B ( Portugês )
 http://youtu.be/cJn0BT9X260

Quatrième Dimenche de L´Avent Cycle B ( Français )
http://youtu.be/TjNTI9bSJ8A

4th Sunday of Advent Cycle B ( English )
http://youtu.be/xzVegBy-208










CIUDAD DEL VATICANO, 21 de diciembre de 2014
Palabras del santo padre Francisco en el Ángelus, IV Domingo de Adviento,
a los fieles que se han reunido en la plaza de San Pedro.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
hoy, cuarto y último domingo de Adviento, la liturgia quiere prepararnos a la Navidad ya a las puertas, invitándonos a meditar el pasaje del anuncio del Ángel a María. El arcángel Gabriel revela a la Virgen la voluntad del Señor de que ella se convierta en madre de su Hijo unigénito: “Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo”. Fijamos la mirada sobre esta sencilla joven de Nazaret, en el momento en el que se hace disponible al mensaje divino con su “sí”; acogemos dos aspectos esenciales de su actitud, que es para nosotros modelo de cómo prepararse a la Navidad.
Sobre todo su fe, su actitud de fe, que consiste en el escuchar la Palabra de Dios para abandonarse a esta Palabra con plena disponibilidad de mente y de corazón. Respondiendo al Ángel, María dijo: ”Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”. En su “aquí estoy” lleno de fe, María no sabe en qué caminos se deberá aventurar, qué dolores deberá padecer, qué riesgos afrontar. Pero es consciente que es el Señor quien le pide y ella se fía totalmente de Él y se abandona a su amor. Esta es la fe de María.
Otro aspecto es la capacidad de la Madre de Cristo de reconocer el tiempo de Dios. María es aquella que ha hecho posible la encarnación del Hijo de Dios, “la revelación del misterio, que fue guardado en secreto desde la eternidad”. Ha hecho posible la encarnación del Verbo gracias precisamente a su “sí” humilde y valiente. María nos enseña a acoger el momento favorable en el que Jesús pasa en nuestra vida y pide una respuesta preparada y generosa. Y Jesús pasa. De hecho, el misterio del nacimiento de Jesús en Belén, sucedido históricamente hace más de dos mil años, se implementa, como evento espiritual, en el “hoy de la liturgia”. El Verbo, que encontró morada en el vientre virginal de María, en la celebración de la Navidad viene a llamar nuevamente al corazón de cada cristiano. Pasa y llama. Cada uno de nosotros es llamado a responder, como María, con un “sí” personal y sincero, poniéndose plenamente a disposición de Dios y de su misericordia. Cuántas veces Jesús pasa en Nuestra vida y cuántas veces nos manda un ángel. Y cuántas veces no nos damos cuenta porque estamos muy ocupados, sumergidos en nuestros pensamientos, en nuestros quehaceres, incluso en estos días en los preparativos de la Navidad, que no nos damos cuenta de él que pasa y llama a la puerta de nuestro corazón pidiendo acogida, pidiendo un sí como el de María. Un santo decía “tengo miedo de que el Señor pase”. ¿Sabéis por qué tenía miedo? Miedo de no darse cuenta, de dejarlo pasar. Cuando sentimos en nuestro corazón ‘quisiera ser más bueno, más buena, me arrepiento de esto que he hecho’ aquí está el Señor que llama, que hace sentir esto, las ganas de ser mejor, las ganas de estar más cerca de los otros, de Dios. Si tú sientes esto, párate. El Señor está ahí. Ve a rezar y quizá a la confesión a limpiar un poco la habitación. Eso hace bien. Pero recuerda bien, si tú sientes esas ganas de mejorar, es Él quien llama, no dejarlo pasar.
En el misterio de Navidad, junto a María está silenciosa la presencia de san José, como viene representado en todos los belenes --también en ese que podéis admirar aquí en la plaza de San Pedro. El ejemplo de María y de José  es para todos nosotros una invitación a acoger con total apertura de alma a Jesús, que por amor se ha hecho nuestro hermano. Él viene a llevar al mundo el don de la paz: “Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor”, como anunciaron a coro los ángeles a los pastores. El don precioso de la Navidad es la paz, y Cristo es nuestra verdadera paz. Y Cristo llama a nuestros corazones para darnos la paz. La paz del alma, abramos las puertas a Cristo.
Nos confiamos a la intercesión de nuestra Madre y de san José, para vivir una Navidad verdaderamente cristiana, libres de toda mundanidad, preparados a acoger al Salvador, el Dios-con-nosotros.


                                               ESPERAR COMO MARÍA

Esperar bien despiertos, pero no desvelados.
Esperar caminando, pero no adelantándonos.
Esperar embarazados, pero no adueñándonos.
Esperar expuestos, pero no a cualquier viento.
Esperar sedientos, pero no yermos.

Esperar entre niebla, pero no perdidos en esta tierra.
Esperar con velas encendidas, pero no consumidos.
Esperar ofreciéndonos, pero no vendiéndonos.
Esperar preparando tu camino, pero no encorvándonos.
Esperar en silencio, pero cantando a lo que va viniendo.

Esperar gestando, no abortando.
Esperar acogiendo, no reteniendo.
Esperar dándonos, no reclamando.
Esperar en silencio, no alborotando.
Esperar compartiendo y disfrutando.

Esperar aunque sea de noche
y no veamos signos en el horizonte.
Esperar a cualquier hora del día,
aunque nos quedemos solos y se rían.
Esperar en soledad... ¡y en compañía!

Esperar con mucha paz, pero pellizcados por los hermanos.
Esperar anhelando, pero mecidos en su regazo.
Esperar mirando a lo alto, pero con los pies asentados.
Esperar refrescándonos en tus manantiales vivos y claros.
Esperar encarnados y ya naciendo a tu Reino.

Esperar en este tiempo de crisis y recortes.
Esperar con el Evangelio en la mano.
Esperar con los que vienen y con los que se van.
Esperar disfrutando lo que se nos ha dado.
Esperar viviendo y amándonos.

Esperar trabajando y profetizando.
Esperar sufriendo, pero enamorándonos.
Esperar pregonando lo que nos has dado.
Esperar con las entrañas listas para la acogida.
Esperar, para que no pases de largo.

Esperar con mucho gozo y osadía.
Esperar con humildad atentos a toda brisa.
Esperar que el Espíritu fecunde nuestra vida,
Esperar el milagro de tu presencia viva.
Esperar tu encarnación definitiva en esta tierra.

¡Esperar como María!

                                            Florentino Ulibarri



CARTA A DIOS
Querido Dios:
Pronto es Nochebuena.Es el cumpleaños de Jesús. Con su nacimiento nos dijiste
que tú no querías estar lejos de nosotros. Por esto sabemos que a ti no te gusta
que te miremos de abajo arriba, como se mira a los mayores y a la gente que se cree importante.
Te damos gracias porque no querías tener un casa de piedra y riquezas, de seguridades; sino una casa ambulante, en camino,abierta a los demás, solidaria y acogedora,una casa de carne y hueso.
Y por eso escogiste a María como casa,y después a todos nosotros, porque quieres que te llevemosen nuestro corazón.
Te queremos dar gracias por todos los que han sido "tu casa" durante su vida
y que nos enseñan a nosotros a serlo también.
Gracias por Juan Bautista, amigo de Jesús, que fue iluminando su camino.
Gracias por María,que ésa sí que fue "tu casa" de verdad.
Y gracias por todas las personas que quieren ser "tu casa" hoy y que quieren enseñarnos a nosotrospara que también lo seamos.
Y nada más.
Solamente gracias por estar en medio de nosotros.


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